Objetivo Navidad: comunicar que queremos ser madres
Las Navidades ya están aquí y nosotras nos planteamos: ¿cómo decirles a nuestras familias que queremos ser madres? ¿Cómo se lo van a tomar? ¿Lo aceptarán?
Nos encontramos en la Cena de Nochebuena y toda la familia está alrededor de una gran mesa.
Todos saben que somos lesbianas y a veces murmuran sobre nosotras. Por eso intentamos ser discretas, aunque actuamos con normalidad.
Las conversaciones entre unos y otros van sucediéndose. Nos vamos poniendo al día, ya que hace tiempo que no nos vemos. Y llega el momento en el que nos preguntan a nosotras. ¿Cómo decirles que queremos ser madres? ¿Tener un hijo, siendo lesbianas? ¿Es demasiado brusco en una cena como esta? ¿Con personas que abarcan tanto rango de edad? ¿Una noticia así, a todos a la vez?
Poco a poco, despacio, valor y adelante. “Nosotras queremos ser madres.” Incómodo silencio. “Si”, les dije, “sabemos que llevará un tiempo y es necesario un proceso de fecundación, pero queremos sentir lo mismo que vosotros. Sabemos que será una de las experiencias más maravillosas de nuestras vidas.”
Se mantenía el silencio. Miré a los ojos a mi pareja y sentí su apoyo. Ella me apretó la mano. Después miré a los ojos de mi madre. Noté el brillo de su mirada ante nuestra decisión.
Mi madre nos felicitó enseguida por la decisión y quitó hierro al asunto. Lo comentó con sonoras risas y arrancó las de los demás.
Respiré tranquila. La tensión desapareció. Poco a poco, fueron recordando anécdotas de sus embarazos y antojos.
“Ser madre es maravilloso”, decían, “¿pero cómo lo vais a hacer vosotras, en vuestra situación?”
Les explicamos que, hoy en día, una puede ser la madre genética y otra puede ser la madre gestante, de forma que las dos pondremos una parte nuestra en el futuro hijo. Es decir, les hablábamos del Método ROPA.
Asombrados con lo que les contamos, nos explicaron cómo fueron sus embarazos, sus anécdotas, cómo se enteraron e, incluso, los primeros años de madres inexpertas.
Yo sabía que a los hombres estaban un pelín incómodos. Pero a medida que avanzaba la cena la situación se normalizaba y las curiosidades y recuerdos de años pasados llenaron la noche de momentos inolvidables.
Fue una de las mejores Nochebuenas que recuerdo. Nuestro valorc omunicarles nuestra decisión ser madres lesbianas, de hacer crecer nuestra familia, fue determinante.
Nosotras acabamos la noche más unidas y seguras de nuestra decisión de ser madres y, a la vez, muy arropadas por todos nuestros familiares que quieren conocer a nuestro pequeño en cuanto nazca.
Ahora ya hemos comenzado el proceso con LesMaternity. Tomamos nota de todos y cada uno de los consejos que nos dieron esa noche. Solo nos queda esperar y exprimir esto lo más intensamente posible.
¡Estamos seguras de que en la próxima Nochebuena habrá, mínimo, un bebé más en esa nuestra cena!
Como dicen en las películas, esta historia está basada en un hecho real. ¿La vuestra cómo fue?
¿Cómo se lo dijisteis a la familia? ¿Cómo reaccionaron? ¿Qué os dijeron? Nos encantará leer vuestra experiencias en los comentarios.
¡Feliz Navidad!